Entradas populares

miércoles, 8 de mayo de 2013

PARA LOS MUCHACHOS QUE LO MIRAN POR TV...

Las violencias… ¿están de moda?. ¿Qué es la violencia? ¿Babosearse con una adolescente, en complicidad con los muchachos que lo miran por TV?. No, dirán muchos. Eso es parte de “la naturaleza masculina”. Y parece que la naturaleza divierte y cómo. Más, viniendo de las minitas que “provocan” en los hombres serios, esas ganas locas e “instintivas” de penetrar con la mirada genital endurecida. Trabando el zapping alli, en lo más perverso, en lo aparentemente inocuo.

Hay una categoría de la cual pocos hablan, al menos dentro de la caja boba, que se llama VIOLENCIA SIMBÓLICA: Este tipo de violencia es sutil e imperceptible. Actúa como condición entre el consenso y la coerción de, en este caso, los televidentes. Y genera subjetividades que son funcionales a un contexto, una época histórica. Y a un orden patriarcal siempre vigente. Siempre de rating.

Claro, ningún mortal que se precie de “enfermito”, por mirar el programa de Telelé, saldrá de cacería de niñas (recordad publicidades de AXE). Ni por mirar Hannibal Lecter, van a preparar una paella de vecinos autoconvocados (con los idem cocinándose a fuego lento).

Y para armar berenjenal, la señora contestataria de la ONG en contra de la violencia de género, tira fruta de “pedofilia” (o al menos así lo entienden los panelistas de los programejos). Y se la devuelven como para armar la ensalada, que ya está pasada de aceite rancio y relaja: estimada señora: me parece que se enganchó desde lo más mediocre. Hubiera explicado que es la violencia simbólica y chau pichu!.
O, en tal caso hubieran invitado a alguien, alguienes, que los hay, y muy buenos expertos en la temática, que expliquen con coherencia, con simplicidad y sin complicidad. Pero no. Eso no daba puntos extra.

“Causa y Efecto” eran paradigmas funcionales a una época de las sociedades disciplinarias. Ahora transitamos el paradigma del control. Control remoto. Control sexual. Control del tiempo de eyaculación. Y perdiste alpiste si demoraste en acabar, ó el viagra no surtió efecto.
Control del televidente, que se engancha en disputas bizarras y queda pegado y pecado a la estupidez mediática.

Entonces, el señor prende la tele, busca una señal que lo ayude a masturbarse, a reírse de sí mismo. A reafirmarse que es hombre y “eso es lo que queremos ver, porque es lo que nos pasa, nos gustan las pendejas ¿y?”...
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario