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domingo, 28 de agosto de 2011

Pompas de peluche

Pensaste que te pasarìas los dìas encerrada en ese frasco de vidrio, mirando pasar la vida desde alli, igual que un pececito mira al gato gordo que lo acecha. Eras tan previsible, que sabìamos el dìa en que te saldrìa el ultimo granito de acnè en la frente. Que matemàticas de quinto rendirìas con cuatro. Que te ibas a dormir once menos veinte cada viernes de tormenta. Que el oso de peluche verde no lo secuestrò un comando secreto, sino se te hizo pelota en el lavarropas de la abuela Chicha. Y no funcionò nunca màs. Ni siquiera con jabòn baja espuma para ropa fina.
 Despues de trece años, la abuela muriò, y vos siempre pensaste que el disgusto por el aparato roto y por tener que lavar a mano, la habìa llevado al cielo y te carcomìa la conciencia pensar que fuiste asesina de peluches y de viejitas.
Convengamos: sabìamos tambièn que ningùn novio te durarìa mas de dos noches de luna llena. Ni siquiera un fin de semana largo.  Por que tu cama estaba tapizada de fotos en blanco y negro de la abuela, pegadas con cinta de enmascarar. Y  la almohada tenìa cosidos  retazos del peluche verde descuartizado.
  Pensaste que te pasarìas la vida en una cajita de cristal, o lo mismo te daba en una de zapatos. Taco aguja treinta y seis. Negros de cuero, que combinabas con ese vestidito corto que te regalò la ex - novia de tu  papà. Nunca escuchaste cuando murmurabàmos a gritos lo horrible que te quedaba ese conjunto porque se veìan tus piernas como brotes de soja.  Y el tatuaje que decìa love for ever, se iba escurriendo temeroso por tu tobillo. Y la culpa estampada en el escote  se reìa de vos, desde el retazo de un periòdico de la secciòn policiales.
 Eras tan previsible que sabìamos que  pagarìas el abogado defensor de love for ever por los cargos de robo calificado, y desmantelamiento de edificio pùblico agravado por el vìnculo.
Sabìamos que no soportarìas dieciocho años de condena. Ya te bastaban las carcajadas de la abuela Chicha desde el màs allà. Y la nariz de peluche en el fondo de tu cartera, estòrnudandote pompas de jabòn baja espuma. Para ropa fina y delicada…