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sábado, 23 de enero de 2010

Ultimo triciclo a lo de la abuela Mica (Final de cuento)
A medida que bajaba el sol, la sombra de Ana Paula se alargaba sobre las paredes. Se convertía en distintas figuras como si fueran sombras chinescas.
Mientras caminaba, daba pequeños saltitos como una nena chiquitita: Una sombra, con silueta de guardapolvo, le hacía seña al colectivo; otra, tenía ropa de gimnasia y jugaba voley (típica clase de colegio secundario). Había una sombra, en que la sombra de Ana Paula saltaba la soga en el patio de la escuela: uno, dos, tres, yo no te agarro si vos te caés…
Otra, iba de la mano de la abuela Micaela, a hacer los mandados…
Ana Paula empezó a inquietarse porque la noche la atrapó por el boscoso  y oscuro camino Rivadavia. Contaban los viejos vecinos, que en ese lugar había aparecidos que pedían auxilio para volver de la muerte y hombres lobo aullando. Ella alguna vez los escuchó. Y cuando pasaba, se metía corriendo en la cama de la abuela Mica y le pedía que le cuente otra vez el mismo cuento de los due fratelli pazzi (los dos hermanos locos, un invento gracioso y  certero de la abuela, para que su nieta se durmiera tranquila).
Tomó aire y caminó ligero. No hubo más que ruidos de chicharras y el zumbido caliente de la destilería, con los primeros obreros que iban llegando al amanecer.
Compró tortitas negras en la panadería La Orquídea y siguió. Siguió. Veredas rotas, baldosas flojas, asfalto nuevo, la cancha de Defensores de Cambaceres... Ana Paula dió vuelta la esquina y no pudo esquivar a la nena que venía en su triciclo rojo. Cayeron al suelo las dos. La pollera de Ana Paula ya era una colección de puntitos de agua barrosa y la nena lloriqueó porque su muñeca cayó a la zanja. Se miraron a los ojos por un instante, como reconociéndose de vidas anteriores. De alegrías pasadas, de tristezas compartidas. Y se sonrieron fundidas en un abrazo largo, esperado desde hacía más de cuarenta años…
-¿Vamos a tomar la leche a lo de la abuela Mica?-, le preguntó la rubiecita del triciclo a Ana Paula, como si nada hubiera pasado, aunque todo era presente.
- Parate atrás y te llevo. Pero teneme la muñeca, por si tengo que tocar bocina. Los gatos se cruzan a cada rato. ¿Vos, tenés gatitos?...-

domingo, 17 de enero de 2010

Ultimo triciclo a lo de la abuela Mica (parte II)

El sol ya estaba a pleno y el viento arremolinaba su pollera. Cruzó por el bosque, pasó por la puerta del jardín zoológico y vio las bicicletas en la puerta de la facultad de Arquitectura: ahora todas con candado, presas de los árboles que hacían de guardianes. La misma señora del puesto de libros de antaño estaba detrás de un montón de ediciones nuevas de las revistas “Urban and the Houses Country”…
Ana Paula siguió caminando ligerito, pisando fuerte las baldosas: seguían flojas como hacía años y la volvió a salpicar la misma, la que está en la puerta de la casa de doña Amelia. La pollera blanca, en su periplo, iba juntando sourvenirs de gotitas de barro de baldosa floja. Cruzó por frente a la escuela secundaria donde se había recibido hace más de veintipico de años. Y vinieron a la mente, Nora, Guille, Daniel, Claudia...El frente del industrial con su enorme mural artístistico, se había convertido en un gran cuaderno de grafittis: “Aparación con vida de Julio López”, “mi Vida tiene valor, mi Cuerpo no tiene precio”, “movimiento estudiantil del Colegio Industrial junto a los trabajadores…”

Ultimo triciclo a lo de la abuela Mica (parte I)


Madrugada. Los gatos en celo rebotaban contra el techo de chapa, una vez más como todas las noches de verano. Por la ventana, de un salto certero, entró Albóndiga asustado, con un maullido lastimoso y el hocico chorreando un hilito de sangre. Perdida la batalla, se acurrucó al lado de Ana Paula buscando refugio y se quedó dormido como un peluche gordo.
El cuarto estaba semioscuro. Había llegado el día esperado por Ana Paula, y después de dar varias vueltas por el cuarto, se vistió rápido, le tiró un par de besos a Albóndiga y se fue…
Recién salía el sol. Hacia calor y se recogió el cabello. Se miró en el espejo del baño de un bar y le gustó ese estilo hipposo de pollera larga, ojotas y morral multicolor: Vió el reflejo de una mujer de cuarenta y pico (que no lo aparentaba) y se sonrió: Sabía que tenía un largo periplo a pie. Pero no largo en distancia kilométrica real, sino en longitud de emociones, que son raramente medibles con instrumentos apropiados, más bien se miden por comparación: un beso puede ser de grande como un globo inflado, el amor, enorme, como una gran montaña lejana (las grandes montañas casi siempre quedan lejos de Ensenada y de Berisso) o decir te quiero hasta la estratosfera, como Ana Paula había dicho tantas veces. Después de eso, el cielo se puede caer a pedazos…

POSTALES DESDE BERISSO

Inmigrantes de barcos y de trenes...
Berisso, es la Capital provincial del Inmigrante. Queda a 60 Km de capital federal y es partido lindero con la ciudad de Ensenada y la Plata. Tuvo su epoca de esplendor, cuando fueron llegando los primeros inmigrantes, EXPULSADOS, por la guerra en Europa desde comienzos del siglo XX, cuando se abrieron los primeros frigiríficos, los saladeros y los inmigrantes traian sus ganas de trabajar y mantener sus costumbres para tener mas cerquita y poder reproducir su propia cultura, en sus costumbres,su idioma, sus comidas típicas y sus bailes, que hasta hoy perduran. Ahora se suman también otros inmigrantes, en esta TIERRA DE SUEÑOS, como son todos aquellos que tambien fueron EXPULSADOS por la falta de trabajo, en las provincias del interior de la Argentina: quiero escribir sobre ellos, los otros inmigrantes, o mejor dicho sobre sus hijos o sus nietos, los que son más invisibles, mas discriminados, los "cabecitas": No vinieron a hacerse "La américa", como decían los que venían de los barcos. pero también vinieron a agachar el lomo, a creer en una vida digna. Trajeron sus empanadas, sus guisos, su locro, su chamamé, su cumbia. Y criaron y crian a sus hijos e hijas como pueden: por eso, cuando digo "expulsados", "expulsadas del edén", no es querer caer en el abismo en la nada: la diálectica expulsar-impulsar, implica que el expulsado, se impulsa y por ley fisica "cae" en algún lado: Puede caer bien, y el golpe va a ser casi imperceptible. Puede caer mal y será más doloroso para el cuerpo y para el alma...



martes, 12 de enero de 2010

No robaras en vano...

Los pobres robos
Pobre no es el sustantivo del que roba. El sustantivo del que roba es ladrón. O robador, como decía mi sobrinita a los cuatro años. Por cierto, los robos más grandes y las muertes más crueles son cometidas cotidianamente por ricos muy ricos (que son ricos gracias a estos robos y a estas muertes). Lo que sucede es que a las muertes al por mayor se las llama genocidios (si las cometió el enemigo); o tragedias (si las cometen los que escriben los diarios y los libros de historia).El crimen mayor de todos los crímenes, es que haya pobres en un mundo rico. No hay pobres sin ricos (ni ricos sin pobres). Y nosotros, los que no somos ni ricos ni pobres, cenamos en el jamón podrido de un sándwich enorme.

Publicado por Sebastian Barrasa, (El Zaiper) escritor, docente y buena gente (http://www.cruzagramas.com.ar/ dialectivos.blogspot.com)
EXPULSADAS DEL EDEN

Durante siglos, muchas fuimos condenadas a NO decir, NO pensar ó NO hacer ciertas cosas. Demasiadas cosas. Si empezamos por Eva, que decidió comer la manzana del árbol de la sabiduría (¡nada menos!). Así le fue: y quizás haya sido lo mejor…habrá que pensarlo…
Desterrada por eso del paraíso, ¡por querer ser culta e informada! Ya arrancamos mal: el saber era castigado con la expulsión. Lilith, la primer mujer de Adán, menos famosa por cierto, decidió por motu propio retirarse del Edén, cuando se plantó y dejó bien en claro que ella no era propiedad de nadie, cuando su marido la obligaba a hacer tareas ingratas, tales como lavar los platos sin detergente y tener relaciones sexuales, en la posición del misionero, y ella siempre abajo (de él). Y por pensar distinto, ¡arriverderci! Pero lo decidió ella. Por eso la historia casi ni la nombra: porque eligió. Por sí misma. Por escuchar sus propios deseos. Convengamos que muy bien no le fue, (pero esa es otra historia). Y de los errores también se aprende.
Y así atravesamos los tiempos, por no querer casarnos, nos decían: "chicas al convento", ¡monja y virgen de por vida! O al menos, monja.
O brujas, que por saber curar lo que otros no curaban: ¡a la hoguera!

O locas, malas, porquerías, charlatanas, chusmas, gordas, putas, raritas, anoréxicas...
Pero acá estamos para hacernos VISIBLES. Los otros aspectos, los que tienen poca prensa, están ocultos tras los ropajes de palabras supuestamente hirientes, escondidos en metáforas discursivas que hablan de quienes debemos SER para ser buenas chicas.
Expulsadas del Edén, por ser reales. Por querer ser libres…

Intinium sapientae timor domini… (El principio de la sabiduría es el temor de dios)




jueves, 7 de enero de 2010

Resistir

Versión 1

La piba tenía un moretón en forma de medialuna debajo del mentón. En el ojo izquierdo, un hilito rojo como un piolín caía por la blusa blanca raída y se anudaba en un tatuaje, que tenía debajo del ombligo.
Lloraba en un silencio resignado, hamacándose entre los brazos de su mamá, ante la fría mirada de una humanidad de más de ciento y picos de kilos, disfraz azul marino. Jinetas y arma de fuego a la cintura XXL.
La Marilyn se quería ir de ese lugar repugnante, que tantas veces la recibió con la misma cínica frialdad: 0800- MUJER “Tu camino hacia una vida sin violencia”. “No dejes que te toquen: tu cuerpo es tuyo”. “Diez consejos para saber que hacer en caso de maltrato conyugal: Gritar, llamar a los vecinos, escaparte, no olvidar los documentos, dejar a los niños al cuidado de alguien de confianza…”.
Habían llegado como espíritus en pena infinita, cerca de las tres de la mañana de un tormentoso domingo de agosto: empapadas, doloridas, apaleadas, embarradas; huyendo de un monstruo que tiene paradero aquí y allá, pero pocos lo encuentran: le gusta que le llamen machismo. Hay uno; Hay miles. Es pandemia y hace estragos. Algunas vacunas las tiene la comisaría de la mujer, pero muchas están vencidas: las vacunas; no las mujeres…

Versión 2 (tipea mal la maquina de escribir de la cabo Lopecito, como le dicen las internas)

En la ciudad de Beris so, siendo la s tres y veinte a.m. del domingo quince de agosto de dos mil ocho, ant e mí, cabo principal de turn o, Ofelia Ermelinda Lopez y disiend o jura r la verdad, so pena de apremios, se presentan do s femenino s: Sara Gutierrez de 36 años su hija Marilyn Gutierrez de 19. Que preguntando seles por el motivo de su presencia, dicen: Sí: saben leer. Sí: sabe n escribir. No: no conocen la totalida d de sus derechos.
Indagando por el motivo de su apersonamiento declaran: que la noch e mensionada, un sujeto masculino que se hace llamar El Pocho Toralba, mayor de eda d, después de beber abundante bevida blanca intentó por la fuerza obligar a la declarante, su pareja, a tener relaciones carnales con un masculino de la comunidad bolibiana, para obtener dibidendos y pagarse los vizios. Que ante la negativa de la femenina Gutierrez hija, el mencionado Toralb a hizo uso de la fuerz a y comenzó a pegarle a ésta última, con ambos miembros superiores a puño cerrado, ocasionán dole herida s en rostro y partes pudendas de su cuerpo. Doy fé. La femenina mayor al escuchar los grito s de ésta se apersonó para zocorrerla, previamente tirarle caldo hirviendo al malviviente. Hueyendo de éste, ambas se apersonan hasta ésta comisaría, consus ropas mojadas, sin documentación que atestigüe identida, dejando lo s tres hijos menores de la denunciante al cuidado de su bisabuela materna. Que no teniendo más que declara r, solicitan la intervenció n del juez de menore s que obró en causa anterior a fojas cincuenta y uno. Qu e terminada la exposisión, ratifican t odo lo antedicho, firmando dos ejemplares de un mismo tenor. Será justici a.
Hay un sello y firma
Comisaría de la Mujer de la localidad de Berisso

Versión 3

Desde pendeja que no me lo puedo sacar de encima. Me junté con el Pocho a los catorce; él ya tenía como treinta pico, creo…para hacerse e el gato delante de otras minitas me decía “nena” y a mi me daba un odio bárbaro…
Parecía re dulce el chabón; pero nunca le gustó laburar: las primeras veces que venía a casa me decía que tenía “grandes planes para mi”. Era puntero del barrio Tres Manzanas…después entendí lo que me quiso decir… yo siempre viví del Plan. Plan Materno, Plan Trabajar, Plan Jefas y Jefes. Esos eran sus grandes “planes…”
Al Gulle lo tuve el día que cumplí quince. El Pocho se puso tan contento que me regaló la medallita del nene y de la nena. Todos pensaban que había tenido mellizos por eso, y me daba mucha gracia. Al Pocho, también. Y más contento se ponía, más tomaba. Eso si: nada de otras porquerías. Le gustaba la birra y el tetra, nada más.
Mi vieja lo tenía cortito, por que era re jetona y puteadora. Aunque a veces le levantaba la mano a ella también, y siempre decía queralultimavez…La loca se hacía respetar como podía. Parece que algo de cuiqui el Pocho le tenía, porque a veces le traía puchos como para dos meses…se la quería comprar a la Sarita y ella lo perdonaba…
De vez en cuando desaparecía y me decía que se iba a laburar “afuera”, que lo mandaban de la agrupación política ó algo así… Una vez trajo un DVD, que lo tuve que vender cuando se me enfermó El Jhonatan y en la salita no quedaba jarabe para la tos.
Se ponía como loco con los chicos, y se la agarraba conmigo; que por que tosían, que porque lloraban, que yo era una mala madre, ¡que haga callar a esos malparidos!
A los dieciocho cuando tuve a la Laurita le dije que se fuera, que era un inútil, y me dio vuelta la cara de un cachetazo sin importarle que le estaba dando la teta a la chica.
Mi vieja siempre me ayudó. Pero ya estoy harta de venir a la comisaría, y éste turro no me deja en paz…mi abuela se está enfermando culpa de él. Está depresiva. Y nosotras también. Tengo miedo que el juez me saque a los chicos…eso me dice ese guacho…que se los va a llevar con su primera mujer…
La Laurita tiene asma… la tuve internada cuatro días…la doctora Gloria, de “la salita”, por suerte me habla mucho y me aconseja. Pensar que nunca quería escucharla… Me presentó al abogado Antonetti y me animé a decirle lo que me estaba pasando. Después de eso, me arranqué las medallitas que me regaló ese hijo de mil y me tatué los nombres de mis chicos debajo de la cicatriz de las tres cesáreas ¡Ya va a caer ese animal! La Gloria y el abogado me dijeron que me van a sacar de ésta.
Yo voy a resistir…como la canción: ¡resistiré, para seguir viviendo!

Versión 4

Sra. Cabo Principal de turno Ofelia Ermelinda López
Comisaría de la Mujer

Ref: Denuncia N° 23543
Regional Berisso

De mi mayor consideración:
Me dirijo a Ud. a fin que me envíe en carácter de URGENTE una copia de la denuncia ut supra mencionada para ser agregada en la causa “Marylin Gutierrez contra José Antonio Toralba, (alias el Pocho) en autos caratulados “Lesiones graves y abandono de persona”, fojas Uno a Cincuenta y Cuatro, tramitada ante la Secretaría de Minoridad y Familia. Dicho pedido obedece a que el original reclamado el dieciocho de agosto próximo pasado, fue extraviado por agentes a su cargo, obturando el procedimiento legal para dar curso al expediente. Sin más que solicitarle, le saluda atentamente:

Dr. Amilcar Gonzalez Antonetti
MP 315412
Será Justicia

Versión 5
¿Será justicia?

( Cuento ganador en el concurso OTRA VIDA ES POSIBLE. www.vivirsinviolencia.gov.ar)

Soy Dragón

En el horóscopo chino, el dragón es el único animal mitólogico de la fauna astral que inventaron los orientales. Y para colmo, el significado de ese caluroso bichito que tira bocanadas de llamas ardientes es que, entre otras cosas...ES LA ULTIMA REENCARNACION. Vayan enterándose aquellos que todavía no lo saben. Listo. No hay mas nada que hacer. Yo soy dragón /piscis /64... Significa que ya muté, en mis otras vidas, en conejo, ratón, caballo, perro y demas animales terrenales. Ahora, mi último día sobre ésta tierra, será solo eso. ¿pasaré a mejor vida? ¡no! ¿Iré a para a otra morada? ¡no!. El dragón parece que se quema solito y para siempre. Es la antítesis del ave Fenix, que resurge ab in eternum de las cenizas. Así que voy a tratar de escribir todo lo que más pueda, y gozar con eso (entre otras tantas cosas). Hijos, ya tengo. Ya planté un árbol. Me quedaría escribir un libro. ¿que título le pondría? "Como ser dragón, y no morir en el intento..."

Hay distancias que no tienen medida


'Me voy por mis hijos' Por Silvana Trotta 
 Durante octubre y noviembre dictamos una Clínica sobre periodismo con enfoque de género en la Escuela ETER.
 Aquí reproducimos una nota producto de este taller.



Hay distancias que no tienen medida. Es decir: no hay sistema métrico conocido que pueda medir la distancia emocional entre dos palabras, entre dos frases. Entre seguir con el horror de una cotidianidad no elegida y elegir seguir viviendo.
Constanza tiene treinta años, pero parecen menos. Tampoco se pueden medir la distancia entre sus dos hoyuelos cuando sonríe y dice con orgullo que tiene cinco hijos pequeños. Pero que también se cansa, si. La cansan. Y lo dice con la culpa de un mandato instalado: una madre no se cansa. Es su deber ser.
Hubo un día, hace tiempo, que Constanza tuvo mucho miedo. Y el miedo permite elegir entre pocas opciones: 'me quedo por mis hijos'. Y esa frase quedó latiendo en mi memoria desde entonces, cuando comenzó a contarme su diario calvario de otros tiempos.
La ilusión de amor romántico atraviesa, condiciona y determina las vidas cotidianas de las personas. La de Constanza inclusive. Con veinte años recién cumplidos y su primera panza a cuestas, cargó también con un 'amor enfermizo', que ya deja de ser amor, deja de ser sentimiento genuino, cuando se lo adjetiva. Amor celoso. Amor eterno. Amor infierno. Amor obsesivo.
Las palabras hirientes y los gritos insultantes era la comunicación efectiva, para sostener el poder masculino en una vida de pareja a fuerza de malos tratos y carencias.
El mandato patriarcal de 'acá mando yo' ó 'se hace lo que yo digo' están en boca y se ponen en acto en muchas parejas de muchas Constanzas.
Constanza creía que le pasaba nada más que a ella. Que algo malo estaba haciendo para que desencadenar tanta furia en su marido. ¿Seré una buena madre? ¿Le faltó sal a la comida? ¿Realmente se emborracha 'para soportarme', como dice?
El segundo bebé la encontró a Constanza con todas éstas preguntas y ningún pañal descartable. Las bolsas de plástico y telas de sábanas viejas protegían las colas del maltrato: el derecho vulnerado de no dar a los niños lo necesario para que crezcan sanos, para que su cuerpo no se enferme ni lastime, es maltrato. Constanza lo intuía con la certeza de que pronto todo ese infierno terminaría.
Las estrategias de supervivencia diaria eran infinitas. Poca comida para alimentar a tres niños: uno, el de su pareja, al que adoptó como propio, sin hacer diferencias. Los platos vacíos se llenaban con las sobras de comida que le pasaba generosamente su hermana, que también cargaba con una historia parecida de padecimientos y varios hijos: se repartía lo que había y se compartía el dolor punzante entre mates apurados y sonrisas inocentes, cuando los hombres no estaban en casa.
La violencia institucional también forma parte de las violencias cotidianas y a Constanza la sorprendió tristemente: cuando tuvo que ir a retirar las pastillas anticonceptivas del centro de salud del barrio, se encontró con que no había más: -mamita, volvete en una semana, se perdió la llave del armario donde las guardan...-Ó había que comprarlas en la farmacia. Ó usar preservativos. No había la más mínima posibilidad de invertir cincuenta pesos en un blister, ni de sugerir a su pareja que se proteja, que la proteja. Eso es problema de mujeres…
Muchas veces el NO, de las mujeres, es subestimado como un acto histérico en las relaciones violentas, como un SI disfrazado. Es un avasallamiento a sus derechos. La mujer es posesión y propiedad de su pareja. La 'obligación' de cumplir con los mandatos sexuales- conyugales no otorga voz ni voto.
Y el tercer embarazo no esperado por Constanza llegó y fue creciendo. Como crecieron los insultos y los golpes, la falta de comida y la indiferencia policial, que necesitaba otro moretón más para dar por sentado que ella padecía violencia doméstica.
Pero Constanza creaba sus propias estrategias de supervivencia. Si no había comida, se pedía, o se cocinaba lo que había. Si no había pañales se los fabricaba. Si había moretones, el polvo facial los tapaba y ella seguía adelante. Pero el polvo facial no tapaba las infinitas manchas de su alma...
Un día los gritos y los insultos subieron a decibeles descomunales. Ella se encerró en la piecita con los chicos. Los acarició amorosamente y les dijo al oído que se queden tranquilos. Salió del cuarto, puso llave a la puerta y estrelló las botellas de vino contra el piso, mirando desafiante a los ojos de su marido. Constanza no soportaba más esa vida miserable y le dijo que se iba para siempre. Que se llevaba a los chicos. El se abalanzó y la zamarreó como para que se arrepintiera de todo lo que decía. La amenazó con matarla, con sacarle los nenes. Le dijo puta, mala madre, y quizá un montón de barbaridades más que quedaron atrapadas en su garganta, cuando cayó pesadamente víctima de su propia adicción, de la borrachera descomunal de la cual era culpable su mujer.
Constanza tenía un bolsito con pocas cosas, preparado hace varios días, cuando la idea le empezó a rondar por su cabeza. Llamó un remís y cargó nerviosamente a los chicos para no volver.
La distancia emocional entre 'me quedo pos mis hijos' hasta transformarse en 'me voy por mis hijos', como me dijo Constanza una vez, es la distancia entre la vida digna y los mandatos patriarcales. Constanza fue constante en pensar cada día, que se podía salir de esa situación. Solo se tuvo a sí misma y a sus convicciones a pesar de la adversidad cotidiana. Hubo un día, en que se pensó mujer, en que tenía derechos y no culpas. Pudo sostenerlo. Y sostener lo que pensaba la ayudó a sobrevivir.
Lo que siguió después fue un largo deambular por pasillos de juzgados, comisarías, servicios municipales de atención a victimas de violencia y la certeza que era digna de derechos. Ella y sus hijos.
Pasaron dos años. Constanza está embarazada nuevamente. La ecografía dice que es una nena deseada. Morena. Y sonriendo, ella dice que no va a repetir la historia con el papá de su quinta hija.
El le alcanza un mate y le sopla un beso tierno a la panza enorme. Mientras Constanza acuna un oso de peluche, que todavía cruje en su frazadita de papel regalo…

Fuente: Artemisa Noticias - Periodismo de Género

miércoles, 6 de enero de 2010

Y de fondo se escuchó una canción...



“Dijo hola y adiós, y el portazo sonó como un signo de interrogación…”. Mágicamente ella vió su imagen en el espejo. La luz ténue de las velas y el vapor de la bañera rebalsando de agua caliente le daban un aspecto irreal al lugar. Contempló por un largo rato su cara. Arqueó las cejas, hizo muecas y se sacó la lengua. Sonrió feliz al verse como una nena jugando delante de ella misma, sin miradas fisgonas, que tanto le obsesionaban. De pronto, comenzó a desvestirse: La remerita del escote que tanto le gustaba a Lila…el short, el cullotte blanco con detalles de encaje. Se volvió a encontrar con su figura frente al espejo. Era hermosa. Alta. Cabellos castaños oscuros brillantes. Tatuaje de Madonna en el tobillo. Ojos negros perturbadores… comenzó a bailar desnuda, con la música que venía del otro cuarto. Tomó una velita rosa y otra verde y comenzó a dar giros armoniosos, como los que había aprendido en el taller de danzas circulares. “Lo nuestro duró, lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks, en vez de fingir, o estrellarme una copa de celos, le dio por reir…” Dejó las velitas sobre la bandeja Zen y las cambió por jaboncitos acaracolados. Se metió muy despacio en la bañera, como quien entra al mar cautelosamente. Se inclinó sobre una almohadita flotante y entrecerró los ojos. Pensaba en Lila, en que estaría haciendo; si habría encontrado un lugar para vivir… Y comenzó a llorar. No paraba de llorar. La música latía en su cabeza “…de pronto me ví, como un perro de nadie ladrando, a las puertas del cielo. Me dejó un neceser con agravios, la miel en los labios, y escarcha en el pelo…”
Entredormida, triste, lánguida, trató de incorporarse para alcanzar la toalla rosa.
-Estás hermosa. Perdoname. Te quiero…
Lila la envolvió en el toallón y la abrazó tan fuerte, como fuerte era la mirada que se cruzaron y quedaron así por largo rato…
“…Siempre tuvo la frente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta…”

Silvana Trotta
17 de febrero de 2009