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domingo, 3 de febrero de 2013

PERDER LA CABEZA

No me mire asi, como si yo fuera una rareza. De tanto en tanto, pierdo la cabeza. Si, si por usted… Mejor dicho, no la pierdo. Pero la llevo en mis brazos como si fuera un paquetito fràgil… como un helado a punto de ebullición derritiéndose por mi espina dorsal en vuelo directo a mi corpiño XS. Blanco. Inmaculado. Inmaculadamente manchado de chocolate al rhum y dulce de leche granizado...

Foto: PERDER LA CABEZA
sILvaNA bY: www.expulsadadeleden.blogspot.com

 No me mire asi, como si yo fuera una rareza. De tanto en tanto, pierdo la cabeza. Si, si por usted… Mejor dicho, no la pierdo. Pero la llevo en mis brazos como si fuera un paquetito fràgil… como un helado a punto de ebullición derritiéndose por mi espina dorsal en vuelo directo a mi corpiño XS. Blanco. Inmaculado. Inmaculadamente manchado de chocolate al rhum y dulce de leche granizado...
¿Por qué estoy asi? Porque me pesan sus lamentos dando vueltas por el bulbo raquìdeo y mi cortex limbico està excedido de sus suspiros. Al hipótalamo me lo agrietaron sus caprichitos y sus “siempre-tengo-razón-corazón”. Igual, lo quiero… hace años me viene pasando eso de quererlo… 
Mi psicóloga me dijo que es el sìndrome de la glándula pituitaria en un vìnculo simbiòtico con sus papadeos. Y no sabe si hay cura para eso. Por eso me aconsejò, o mejor dicho, me dijo que “trabaje” mi resistencia al cambio del tracto óptico, para no ojearme nomás,  solo por eso. Porque los dolores del cortex somato sensorial eran in-so-por-ta-bles. Y usted me mira tan fijo, tan fijo, que no hay anàlgesico que cure de su mirada.
De tanto en tanto, me gusta andar con la cabeza fuera de mi cuerpo. El horizonte se ve distinto desde el núcleo geniculado lateral. Ya no ando comprándome porquerías con eso de la compulsión a gastar en pilchas baratas y comida chatarra, por que mi tracto òptico està fuera de òrbita. Entonces, no hay mal que por bien no venga. Salgo a pasear con mi cabeza en brazos y descubro que el universo es mas tolerante, porque me dan el asiento en el micro y me hacen descuento en los restoranes finos…
Yo invito. ¿Viene conmigo?.  Si al final de cuentas, perdi la cabeza por usted…
Si, a usted se lo digo… 
 
¿Por qué estoy asi? Porque me pesan sus lamentos dando vueltas por el bulbo raquìdeo y mi cortex limbico està excedido de sus suspiros. Al hipótalamo me lo agrietaron sus caprichitos y sus “siempre-tengo-razón-corazón”. Igual, lo quiero… hace años me viene pasando eso de quererlo…
Mi psicóloga me dijo que es el sìndrome de la glándula pituitaria en un vìnculo simbiòtico con sus papadeos. Y no sabe si hay cura para eso. Por eso me aconsejò, o mejor dicho, me dijo que “trabaje” mi resistencia al cambio del tracto óptico, para no ojearme nomás, solo por eso. Porque los dolores del cortex somato sensorial eran in-so-por-ta-bles. Y usted me mira tan fijo, tan fijo, que no hay anàlgesico que cure de su mirada.

Foto: PERDER LA CABEZA
sILvaNA bY: www.expulsadadeleden.blogspot.com

 No me mire asi, como si yo fuera una rareza. De tanto en tanto, pierdo la cabeza. Si, si por usted… Mejor dicho, no la pierdo. Pero la llevo en mis brazos como si fuera un paquetito fràgil… como un helado a punto de ebullición derritiéndose por mi espina dorsal en vuelo directo a mi corpiño XS. Blanco. Inmaculado. Inmaculadamente manchado de chocolate al rhum y dulce de leche granizado...
¿Por qué estoy asi? Porque me pesan sus lamentos dando vueltas por el bulbo raquìdeo y mi cortex limbico està excedido de sus suspiros. Al hipótalamo me lo agrietaron sus caprichitos y sus “siempre-tengo-razón-corazón”. Igual, lo quiero… hace años me viene pasando eso de quererlo… 
Mi psicóloga me dijo que es el sìndrome de la glándula pituitaria en un vìnculo simbiòtico con sus papadeos. Y no sabe si hay cura para eso. Por eso me aconsejò, o mejor dicho, me dijo que “trabaje” mi resistencia al cambio del tracto óptico, para no ojearme nomás,  solo por eso. Porque los dolores del cortex somato sensorial eran in-so-por-ta-bles. Y usted me mira tan fijo, tan fijo, que no hay anàlgesico que cure de su mirada.
De tanto en tanto, me gusta andar con la cabeza fuera de mi cuerpo. El horizonte se ve distinto desde el núcleo geniculado lateral. Ya no ando comprándome porquerías con eso de la compulsión a gastar en pilchas baratas y comida chatarra, por que mi tracto òptico està fuera de òrbita. Entonces, no hay mal que por bien no venga. Salgo a pasear con mi cabeza en brazos y descubro que el universo es mas tolerante, porque me dan el asiento en el micro y me hacen descuento en los restoranes finos…
Yo invito. ¿Viene conmigo?.  Si al final de cuentas, perdi la cabeza por usted…
Si, a usted se lo digo… 
 
 De tanto en tanto, me gusta andar con la cabeza fuera de mi cuerpo. El horizonte se ve distinto desde el núcleo geniculado lateral. Ya no ando comprándome porquerías con eso de la compulsión a gastar en pilchas baratas y comida chatarra, por que mi tracto òptico està fuera de òrbita. Entonces, no hay mal que por bien no venga. Salgo a pasear con mi cabeza en brazos y descubro que el universo es mas tolerante, porque me dan el asiento en el micro y me hacen descuento en los restoranes finos…
Yo invito. ¿Viene conmigo?. Si al final de cuentas, perdi la cabeza por usted…
Si, a usted se lo digo…

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