Ella es hermosa. Inteligente y amorosa. Ojalá se cumplan sus deseos. Sus propios deseos, no los que le quieran imponer. Igual ella resiste. Se planta, pero también la sufre. Y sale adelante y sonríe. Tiene una hermosa sonrisa y HOY cumple sus esperados quince...
Y yo, también sigo y por veces sufro. Porque sus padres NO me permiten verla. Porque su madre pidió ayuda a gritos y luego se "retractó" -¡No te metas con mis hijos, te voy a poner una demanda!-.
La ayuda y el acompañamiento que quisimos brindar a su familia, se convirtió en amenaza. La amenaza, en la prohibición de vernos.
La prohibición de vernos, ella, la de los quince febreros y yo, se congelaron en un animé de lágrimas apelmazadas...
Pero nadie nos puede prohibir soñarnos que nos reencontraremos pronto.
Hoy padezco síndrome de perímetro de acercamiento. Pero trato de comprender y no juzgar. No guardo rencores...
Quisiera darle un beso fuerte y un abrazo de oso como los que nos dábamos todas las noches que pasó en casa, alejada de las pesadillas cotidianas.
¡QUE LOS CUMPLAS FELIZ! ¡TE QUIERO MUCHO, PERO MUCHO MUCHO!
(Es un caso real que tuve que hacer el acompañamiento.
Se mantiene en reserva toda data de la adolescente. Si conocés del caso y comentás, por favor: SIN DAR NOMBRES. Gracias)
No hay comentarios:
Publicar un comentario