Las noches de imsomnios tienen ese que se yo, de jazz disfónico. De oso
de peluche desnutrido. A veces, esas noches, son tristes porque sueño
despierta con jaulas en blanco y negro.
Otras tantas, son concurridas. Anoche me visitó mi monstruo de los viernes y nos quedamos despiertos hasta la madrugada. Charlamos de vidas futuras y ataques de pánico marmolados. Los que tuve en mi otra vida, la del pasado pluscuamimperfecto.
De tanto en tanto el monstruo hace una broma de buen gusto y me asusta. Me recuerda. Me sugiere. Me altera los sentidos gustativos.
Me confesó que una noche de tormenta se los engulló enteros. A mis ataques y a otros monstruitos maquiávelicos que intentaban coaccionarme.
Mi monstruo preferido es él. Aunque nos peleemos de a ratos y a retazos. Yo no sé su nombre ni él, el mio: no importa: solo sé que lo quiero y me sirve para hacer las pases con mis desvelos licuados de clonazepan 0,005…
Otras tantas, son concurridas. Anoche me visitó mi monstruo de los viernes y nos quedamos despiertos hasta la madrugada. Charlamos de vidas futuras y ataques de pánico marmolados. Los que tuve en mi otra vida, la del pasado pluscuamimperfecto.
De tanto en tanto el monstruo hace una broma de buen gusto y me asusta. Me recuerda. Me sugiere. Me altera los sentidos gustativos.
Me confesó que una noche de tormenta se los engulló enteros. A mis ataques y a otros monstruitos maquiávelicos que intentaban coaccionarme.
Mi monstruo preferido es él. Aunque nos peleemos de a ratos y a retazos. Yo no sé su nombre ni él, el mio: no importa: solo sé que lo quiero y me sirve para hacer las pases con mis desvelos licuados de clonazepan 0,005…
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