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domingo, 3 de febrero de 2013

SAPO DE OTRO POZO


(Microrrelato publicado en el libro BLA, Ed. CRUZAGRAMAS, año 2010)

Estaba enojado el señor sapo porque hacía varios días que no llovía. Meses, podría decirse, sin pisar un charco, tomar una gota de alguna canilla rota, ó saborear las lágrimas saladas de los chicos que le tiraban piedras.
El señor sapo fumaba sin parar. Tenía sexo sin querer. Fagocitaba lombrices que aborrecía por su gusto dulzón. Y le provocaban mucha sed. Tanta era la desesperación que empezó a alucinar.
Y tuvo fiebre varios días y varias noches. Alucinaciones y visiones fantasmagóricas. Un amanecer la fiebre cedió un poquitito. Y soñó que un sapo viejo, le decía que, cuando viera a la estrella más luminosa reflejarse en el pasto, comenzara a cavar: allï sería el lugar exacto para encontrar agua. Así lo hizo. 

Foto: SAPO DE OTRO POZO
(microrrelato publicado en el libro BLA, Ed. CRUZAGRAMAS, año 2010)
Silvana by: www.expulsadadeleden.blogspot.com
 
Estaba enojado el señor sapo porque hacía varios días que no llovía. Meses, podría decirse, sin pisar un charco, tomar una gota de alguna canilla rota, ó saborear las lágrimas saladas de los chicos que le tiraban piedras. 
El señor sapo fumaba sin parar. Tenía sexo sin querer. Fagocitaba lombrices que aborrecía por su gusto dulzón. Y le provocaban mucha sed. Tanta era la desesperación que empezó a alucinar. 
Y tuvo fiebre varios días y varias noches. Alucinaciones y visiones fantasmagóricas. Un amanecer la fiebre cedió un poquitito. Y soñó que un sapo viejo, le decía que, cuando viera a la estrella más luminosa reflejarse en el pasto, comenzara a cavar: allï sería el lugar exacto para encontrar agua. Así lo hizo. 
Una madrugada salió de su agujero con su mochilita naranja y gris.  
De tanto en tanto, miraba al cielo. Un hilo plateado bajaba en tobogán y se le enredó en sus patas: Encontró un palito y con el esfuerzo de los débiles, lo empuñó una y otra vez. Una y otra vez. 
Del pocito salían hormigas culonas y arañas doradas. Con su patita fofa sacò semillas de girasoles y un abrelatas. Un rollo de cinta aisladora y un yogurt vencido en el noventa y ocho. Varias fotos carnet semiborrosas y una lata de duraznos en almíbar se atascò en el medio de tanto barro y sudor de sapo sediento…
 Asomó su cabeza y sus ojos saltones no podían creer el milagro: en el fondo del pozo brillaba la luna reflejada en su deseo. En su necesidad.
 Abriò su bocota de sapo. Sonrisa de ojo a ojo. Y se comió el pozo. Y la lata que quedó dentro, cayó en su panza morruda, como desgracia divina...
(Hinchado de orgullo de lata, se quedó esperando, que después del trueno,  dios se apiade de su sed. Y de su dolor. ) 
 
Una madrugada salió de su agujero con su mochilita naranja y gris.
De tanto en tanto, miraba al cielo. Un hilo plateado bajaba en tobogán y se le enredó en sus patas: Encontró un palito y con el esfuerzo de los débiles, lo empuñó una y otra vez. Una y otra vez.
Del pocito salían hormigas culonas y arañas doradas. Con su patita fofa sacò semillas de girasoles y un abrelatas. Un rollo de cinta aisladora y un yogurt vencido en el noventa y ocho. Varias fotos carnet semiborrosas y una lata de duraznos en almíbar se atascò en el medio de tanto barro y sudor de sapo sediento…
Asomó su cabeza y sus ojos saltones no podían creer el milagro: en el fondo del pozo brillaba la luna reflejada en su deseo. En su necesidad.
Abriò su bocota de sapo. Sonrisa de ojo a ojo. Y se comió el pozo. Y la lata que quedó dentro, cayó en su panza morruda, como desgracia divina...
(Hinchado de orgullo de lata, se quedó esperando, que después del trueno, dios se apiade de su sed. Y de su dolor. )
 
 

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