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domingo, 3 de febrero de 2013

ASTILLAS CLAVADAS EN MI ESPALDA

Detràs de la puerta encontrè un rinoceronte de peluche, pedaleando en un triciclo destartalado. Tu sonrisa de Ratòn Perez. Mi inocencia de once velitas en el paquete rosa de las toallitas blancas. Mi fiesta de quince que le festejaron a la vecina. Detràs de la puerta encontrè dos boletos secundarios y la Noche de los Làpices.
Un beso de brackets de metal. El convento y mi uniforme gris. El conventillo y mis zapatos taco aguja. Un titulo universitario apolillado y la foto de dos novios fugitivos…huyendo juntos…
Una carta de amor desesperada. El ave Marìa retumbando el el altar vacìo.
Detràs de la puerta encontrè la sombra de un hombre que ya no existe. Un espejo y mi imagen difusa. Encontrè su corazón latiendo soledades. Los sueños que nunca quizo compartir. Detràs de su almohada encontrè la nostalgia marchita de añorar lo que nunca jamas sucediò, (dirìa Sabina)…
Debajo de la cama encontrè un catorce de febrero y el dia de Santa Rosa de los desangelados.
Detràs del espejo encontrè otro espejo roto. Y otra imagen difusa en su reflejo. Encontrè las astillas de mi cuerpo clavadas en mi espalda. Y mi alma reflejada en los cristales.
Detràs de la ventana me fui armando como un rompecabezas de vidrio, como un juego de espejitos de colores. Y desde el fondo del placard, el eco de la voz del hombre que siempre añorè, me jura que el dìa de los enamorados no existe. Que nunca existió…
 
 

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