Pensaste que te pasarìas los dìas encerrada en
ese frasco de vidrio, mirando pasar la vida desde alli, igual que un pececito
mira al gato gordo que lo acecha. Eras tan previsible, que sabìamos el dìa en
que te saldrìa el ultimo granito de acnè en la frente. Que matemàticas de
quinto rendirìas con cuatro. Que te ibas a dormir once menos veinte cada
viernes de tormenta. Que el oso de peluche verde no lo secuestrò un comando
secreto, sino se te hizo pelota en el lavarropas de la abuela Chicha. Y no
funcionò nunca màs. Ni siquiera con jabòn baja espuma para ropa fina.
Despues de trece años, la abuela muriò, y vos
siempre pensaste que el disgusto por el aparato roto y por tener que lavar a
mano, la habìa llevado al cielo y te carcomìa la conciencia pensar que fuiste
asesina de peluches y de viejitas.
Convengamos: sabìamos
tambièn que ningùn novio te durarìa mas de dos noches de luna llena. Ni
siquiera un fin de semana largo. Por que
tu cama estaba tapizada de fotos en blanco y negro de la abuela, pegadas con
cinta de enmascarar. Y la almohada tenìa
cosidos retazos del peluche verde
descuartizado.
Pensaste que te pasarìas la vida en una
cajita de cristal, o lo mismo te daba en una de zapatos. Taco aguja treinta y
seis. Negros de cuero, que combinabas con ese vestidito corto que te regalò la
ex - novia de tu papà. Nunca escuchaste
cuando murmurabàmos a gritos lo horrible que te quedaba ese conjunto porque se
veìan tus piernas como brotes de soja. Y
el tatuaje que decìa love for ever, se
iba escurriendo temeroso por tu tobillo. Y la culpa estampada en el escote se reìa de vos, desde el retazo de un
periòdico de la secciòn policiales.
Eras tan previsible que sabìamos que pagarìas el abogado defensor de love for ever por los cargos de robo
calificado, y desmantelamiento de edificio pùblico agravado por el vìnculo.
Sabìamos que no soportarìas
dieciocho años de condena. Ya te bastaban las carcajadas de la abuela Chicha
desde el màs allà. Y la nariz de peluche en el fondo de tu cartera,
estòrnudandote pompas de jabòn baja espuma. Para ropa fina y delicada…
me encantò. te felicito... Jorge castagna
ResponderEliminarJorge! que honor un comentario tuyo! Muchas gracias!
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