EXPULSADA DEL EDEN by Sil. Eva, que decidió comer la manzana del árbol de la sabiduría, fue desterrada por eso del paraíso: ¡Por querer ser culta e informada, ya arrancamos mal! Y así atravesamos los tiempos. Por no querer casarnos, nos decían: "chicas al convento", ¡monja y virgen de por vida!. O brujas, por saber curar lo que otros no curaban, ¡a la hoguera!. O locas, malas, porquerías, charlatanas, chusmas, gordas, putas, raritas, anoréxicas... Expulsadas del Edén, por ser reales...
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sábado, 5 de julio de 2014
EL HOMBRE QUE NO SABIA A MAR (remixado en sal marina)
El la quería. Y como. Y cuanto. Cuanto más la quería, mas se alejaba. Más LA alejaba. Su mundo interno estaba plagado de monstruos dialecticamente contradictorios que no lo dejaban mostrarse tal cual él ¿deseaba? ¿temía?.
A ella, EL la deseaba. A veces, no. A veces la maltrataba de: VIOLENCIA ES MENTIR, jurando en vano que no pudo ir a verla porque se quedó dormido sobre una parva de pesadillas macrobióticas.
En realidad era un cagón de aquellos, que siempre tenía una excusa a mano, al pié, ó dentro de una lata de duraznos, para escabullirse como gato asustado.
Como ladrón de caramelos Media Hora.
Media hora nada más pedía ella a susurro partido, para verlo.
Para saber que existía y que no era un invento de su cabecita PANTENE REQUETERRECONTRA LACIOS PERFECTOS.
Excusas boludas si las hay: que no podía ir a verla porque se le quemaban las tostadas de tanto pensar en ella. O que dejó ropa en la terraza y por miedo a que venga un tornado y le lleve todas sus medias gastadas, prefería esperar mirando por TV el servicio meteorológico con los alertas de madrugada.
Y cuando pronosticaban sol a rayo partido: ese preciso día dejaba la SUBE, para limpieza a seco en la tintorería...
Un día EL, a pedido de ELLA, consultó con un Terapista Ocupacional Comunicacional: Le diagnosticaron SINDROME DEL HOMBRE QUE TIENE MIEDO A AMAR.
“-¿Al mar?”- preguntó, haciéndose el requete-remil-desentendido (ergo, pelotudo).
“-Porque el mar me provoca pánico"-.
-Claro: como las mujeres que ama. Ocurre a uno de cada tres, a los que son signos de agua. "-Panic attack women, que le dicen, muchacho...- le respondió el T.O.C.
-“Si, si: ya sé que soy de piscis, pero ¿vió?, creo que, en otra vida me enredé en un anzuelo y quedé ciego de culpa y cargo”-.
Dicen sus amigas lesbianas, que una vez, se enamoró de un libro que se titulaba PROHIBIDO AMAR. Era su biblia y lo leía cada vez que iba a la playa a reencontrarse con algún cardúmen de la familia.
Un amanecer, en la mitad de la página 28, se durmió en la arena caliente y el mar le sacudió con mil novecientas sesenta y cuatro olas y una ráfaga de viento. Tres latas de cerveza vacía y un escupitajo.
Ese día, EL contrató un TEMOR y una EXCUSA para que se queden a vivir dentro de su intestino delgado, con chaleco salvavidas incluido.
Después, ante la persistencia de dolores abdominales inventados para cada ocasión y complejos no diagnosticados ni en el DSM-4, le recetaron una úlcera péptica en comprimidos ranurados.
Por ocho años la persistencia de síntomas molestos le fracturaron el ELLO y el YO.
Por las dudas, y porque no sabía nadar, le dieron perímetro de acercamiento al mar. Pero eso, ya es otra historia…
Sin querer, la vida y yo llegamos bien, hasta aqui, hasta hoy...
No pedi nacer, pero bueno aqui estoy, como vos, como todos...
Sublime el sueño que me dejo, en el lugar, justo donde estoy...
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