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domingo, 18 de diciembre de 2011

CARTA A PAPA NOEL...(se la mandè a su meil, y por las dudas, la copiè en su muro del feisbuk)

Che, Papà Noel:Te querìa decir, que no me gusta ese jueguito de cocina que muestran en la tele, con tasitas de plàstico verde fluo y tetera, para invitar a mis amiguitas… La abuela insiste con que te escriba pidiendo eso, pero no se… prefiero jugar una mancha escondida…

¡Mejor traeme un cachito de pared para contar, ¡y el que no sescondiò sembroma! 

Y menos, que menos, quiero esa escobita espantosa,  y el balde en miniatura que vimos el otro dia con mami en la jugueterìa…una señora le decìa a su sobrina: “dale amor, pediselo a ppnl (papa noel), que quisà te lo dejen en casa de la tia…”. Encima, la tia le decìa “¡para que vayas aprendiendo, que las nenas limpian…!” Y la nena la miraba, asi la miraba a la tia… con los ojos grandotes y cara de que tenìa que hacerle caso. La nenita se asercò al estante de un rompecabesas de un cocodrilo gigante, pero la tia incistia, incistia… ¡que pesada!

La fabriquita de helados, no porfis…muchas piesas para armar y no tengo pasiensia: como mi mamà, que le regalaron la pasta-linda para aser biscochuelos ¡y ella la usa de maseta para el cactus!.
Porque despuès vienen los varones y se meten y dicen que ellos saben de esas cosaz (romper juguetes, haciendose los sabelotodos). Y si no le conbidàs el cucurucho de plastilina de chocolate mas grande, encima se enojan (porque ocbio, no es elado de verdat). Y si lo comès de verdat, te cae mal a la pansa y tenes que ir al dotor. Y ensima, despues te echan la culpa por eso, ¡por que sos mujer, y de chiquita ya cosinas porquerìas! porque se creen mas vivos, que una. Y por acerse los graciosos las mamàs de ellos vienen y nos retan a nosotras. Ya me pasò una vez, que la mamà del Corcho vino a mi casa a preguntar porque el Corcho vomitaba y dele que vomitaba. Por acerse el grasioso se tragò una galletas de engrudo que mis amigas abian preparado y yo las miraba, porque nunca me gustò cosinar y ellas jugaban a que eran las “reinas del hogar” y yo les decìa: “chicas, ¿y si jugamos a otra cosa?. Pero no. No me asian caso. Y yo, dele que me aburria y me aburria…
Desi que mami me esplicò una ves, que no està mal que juguemos con autitos y con martiyos y clavitos. Y que los nenes, por haser upa a una muñeca no se iban a contagiar una enfermedat rara, ni se conbertian en gais.  Mami me enseñò que leamos leyendas y libros de verdat, como el de Galeano o las tiritas de Mafalda, en ves de agarrar la rebista Gentes ò mirar Gran Primo-hermano 2011, que mimporta quien quedò eliminado de coso, ò que las mellizas griegas duermen cabesa abajo como los mursiegalos.
Mami maneja un tacsi y me cuenta que los hombres le gritan “¡Anda a lavar los platos!”. Y ella se mata de risa. Un dia persigiò a uno con el auto, se bajò y le dijo: “-Desimelo en la cara, dale-“, y el tipo agachò la cabesa y se mandò mudar…
Bueno papà noel, ya sabes masomenos como biene mi pedido. Mami me tira ideas como que te pida un buen libro, o un skate. Me gusta eso. O tanbien podria ser un  telescopio o unas zapas con calaberitas. Eso si: nunca pero nunca, por mas que te sobre, me traigas una cocinita, ni un microondas a pilas, o el bebote que yora cuando no lo acunàs, y ensima le agarran gases si lo dejàs quieto, como para yamar la atensiòn. Y cuando pone cara de Chuqui, me impresiona un poco…
Igual, soy una nena felis, aunque mi abuela diga, pobresita…que rarita que me saliò esta nieta, no parece de la familia…

LA SOCIALIZACIÒN DE GENERO COMIENZA DESDE TEMPARAN EDAD: LOS JUGUETES MUCHAS VECES CONDICIONAN Y DETERMINAN ESOS ROLES A FUTURO, CUANDO LA VIDA YA NO ES SOLAMENTE UN JUEGO, SINO RESPONSABILIDADES.
LAS NENAS CON LAS MUÑECAS Y VESTIDITOS ROSA: LOS VARONES CON AUTITOS Y EL CELESTE, COMO BANDERA DE MASCULINIDAD. EDUQUEMOS A NUESTRO HIJOS EN LA CONSTRUCCIÒN DE SUJETOS LIBRES Y SIN CONDICIONANTES, PERO PRIMERO: REVISEMOS NUESTRO PROPIOS PREJUICIOS SINO, ES IMPOSIBLE TRANSFORMAR LA REALIDAD...

silvana trotta by: www.expulsadadeleden.blogspot.com


lunes, 5 de diciembre de 2011

La vaca nos da la leche, pero la de tinta que nos chupa… (Mafalda)


El viejo volvìa solo del cementerio con la tristeza opaca que da la viudez reciente y la certeza de la infelicidad futura, sin mujer sin hijos y como herencia de amor, el embargo de todos sus bienes y la crudeza de todos sus males haciendole relàmpagos en su cabeza. Entonces sus fantasmas se colaron por la tranquera esquivando tàbanos abejas  y recuerdos felices y otros no tanto, justo que el cura le venia a decir que no lo podìa confesar, porque  dentro de los objetos sancionados por la justicia terrenal, la libreta de casamiento no estaba excenta de culpa y cargo. Entonces llorò sobre el hombro del padre Emilio dos horas y veintisiete minutos de corrido, repitiendo frases inconexas y moqueando que como voy a seguir viviendo sin hogar, sin la cama tibia de retazos de girasoles, y la dentadura postiza de ella burbujeando buenos dias por las madrugadas. Quizà no todo estè perdido y la justicia divina se haga cargo de su parte, dijo el padre Emilio y se ofreciò interceder ante el abogado que llevaba la causa del embargo de la casita, la cosecha de  duraznos en lata y una colecciòn de bichos bolita, mas treinta y seis cabezas de ganado, perdidos en la mesa de truco de un tugurio del pueblo vecino. Entonces, el viejo se durmiò al costado del camino polvoriento acunado por la luna llena,  y el eco de la voz de la difunta rogàndole que no juegue mas que la iba a matar de un disgusto. Y cartòn lleno: a la semana se muriò de tristeza y de billetera vacìa de cuatro de copas.
 Con el sol asomando entre los nubarrones y la sombra de un perro vagabundo llegò el cura con una buena noticia y una robusta moza, conocida del viejo, que le espantaba las moscas del peluquìn al padre Emilio y le tiraba lenguetazos de ternura y de ternera al viudo desesperado. De  milagro pudo salvarle ese bien ganancial, pero la justicia terrena tiene sus vericuetos y la exigencia para terminar con una vida de juerga  marcada como un hierro en el cuero vacuno tenìa una enmienda a parrafo seis, que el viejo aceptò sin chistar. Que conste en acta ante dos testigos, el propio cura y el perro, que debìa casarse con la Araceli y recuperarìa, en ese mismo acto, al menos dos colchones de alfalfa y el galponcito de las herramientas.
 Habrà que empezar de nuevo, pensò el viejo, agradeciendole al cura mientras los casaba de luto y llevaba por el lazo a su flamante esposa. Y la Araceli decìa que sì, decìa que mu, que mas que esposa era una prima,  pues se conocian desde que ella berreaba bajo las ubres de su madre allà por fines de los noventa. Palmeò las ancas de  su flamante esposa marmolada y pensò por un instante, que la vida te da sorpresas pero no tanto, y que lo importante es tener un colchòn donde descansar despues de tanta vida loca, y que tan fea no era la Araceli como para despreciarla, ni tan malo era ser esposo de una vaca que solo respondia mu, a lo sumo mu-mu, y que ademas era atenta y servicial a la hora de la intimidad inflando sus ubres tibias y jugando al carnaval làcteo todas las noches de estrellas fugaces. Pero, llegado el dia era dulce de leche y pan lactal. Sombra y tendedero. La Araceli estaba feliz de no ser una mas, sino la unica vaca casada y trabajadora. Aunque extrañaba un poco a sus hermanas embargadas, el destino le jugò una sorpresa, y  en poco tiempo heredò algunas deudas, el cadàver del viejo con el as de espadas atragantado en el pescuezo,  y trescientos cuarenta y ocho frascos de dulce de leche  Padre Emilio, que mas de una vez el cura  intentò comprarle, y la Araceli  dijo hasta el cansancio que ni mu y siguiò solita con su negocio. Hasta que apareciò un toro campeòn, pero esa, ya es otra historia…